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El Laboratorio de Paleoecología Humana de la FCEN encontró restos de un niño de 5.700 años de antigüedad en Las Cuevas

imagen El Laboratorio de Paleoecología Humana de la FCEN encontró restos de un niño de 5.700 años de antigüedad en Las Cuevas

Miembros del equipo de excavación en Las Cuevas

El equipo de investigadores pertenecientes al Laboratorio de Paleoecología Humana (LPEH) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la UNCuyo y al Conicet confirmaron el hallazgo de restos milenarios de un niño en la localidad de Las Cuevas.

Los arqueólogos habían cavado apenas un metro sobre la dura roca montañosa cuando se toparon, no por casualidad sino basados en numerosas investigaciones sobre pueblos primitivos, con el cadáver de “El Niño de Las Cuevas”, restos que datan de hace 5.700 años.

Cuando lograron recuperar todos los restos, los trasladaron al Museo Cornelio Moyano, donde permanecen hasta el momento,para analizarlos al detalle.

Una parte del esqueleto de “El Niño de Las Cuevas” fue llevado a Estados Unidos. Allí, mediante un estudio de dataje radiocarbónico de AMS (Accelerators Mass Spectrometry, espectometría de masas con aceleradores), determinaron que los restos tenían 5.759 años de antigüedad.

Víctor Durán y Alejandra Gasco son los directores del equipo de profesionales.

La principal hipótesis ubica a “El Niño de Las Cuevas” como miembro de una de las familias nómadas que cazaban en esa zona, explicó Durán a Unidiversidad.

En esa época, hace más de 5.000 años, se movían en familias y no eran sólo los varones cazadores los que realizaban la travesía hasta los valles andinos para obtener alimentos sino también niños y mujeres. “Es indudable que eligieron ese lugar para enterrarlo porque posiblemente era un sitio que visitaban con determinada frecuencia, lo consideraban una especie de territorio”, dijo el arqueólogo.

“Quizás la idea de dejarlo ahí no les generó tanta pena porque ellos sabían que al año siguiente probablemente iba a estar en el mismo sitio”, agregó el especialista.

Otra de las conjeturas es que los que hacían la “veraneada” en la Villa Las Cuevas, particularmente, procedían del lado oeste de la Cordillera, es decir de lo que actualmente es Chile.

Esto se debe, según Alejandra Gasco, a la facilidad para transitarlo y a que los grupos del este tienen otros valles interandinos, también ricos en recursos y aprovechables en flora y fauna.

Además, para las personas que provenían del lado occidental no significaba tanto esfuerzo llegar a Las Cuevas. Si bien esta teoría aún no está comprobada, es bastante probable también por la presencia de cierto tipo de cerámica que es muy similar a la que aparece del otro lado de la Cordillera.

Para ver entrevista realizada por Unidiversidad al euqipo del LPEH click aquí

Fuente: Diario Los Andes.

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