Bajo el lema “Una vida de conocimiento” se llevó a cabo en Tecnópolis la conmemoración por los 55 años del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). El acto estuvo presidido por el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Dr. Lino Barañao, y el presidente del Consejo, Dr. Roberto Salvarezza.
En la Nave de la Ciencia más de 800 asistentes participaron del reconocimiento otorgado a 24 investigadores con la distinción honorífica Investigador Emérito y a 107 investigadores por su promoción a la Clase Superior en los años 2009 y 2012.
El Dr. Lino Barañao destacó que “poder festejar los logros del CONICET, es un logro colectivo. En la dictadura los científicos eran peligrosos, en los 90 prescindibles; hoy estamos sacando la ciencia de un papel solamente cultural, una actividad para pocos, y la estamos poniendo al servicio de la industria y el desarrollo del país”.
El ministro hizo referencia a que hoy la sociedad valora fuertemente a la ciencia y que “en este modelo, que afortunadamente ha imperado durante una década, la ciencia argentina juega un papel que nunca tuvo antes”.
En su alocución, el presidente del CONICET se refirió a la evolución del organismo a lo largo de la historia argentina, y destacó la actualidad que vive el sistema científico y tecnológico en el país. “La reconstrucción del sistema científico fue una tarea que emprendió el gobierno nacional en el año 2003 retomando un objetivo claro: la ciencia y la tecnología como un insumo básico para el desarrollo del país. Un sistema que conduzca a una mejor calidad de vida de los ciudadanos”.
Destacó la ejecución del Plan Estratégico 2020 del Ministerio de Ciencia y Tecnología que contiene distintas acciones para apoyar el crecimiento económico regional y resolver problemas sociales, sin descuidar la investigación básica. Ejes de este plan son la transferencia del conocimiento (en todas las áreas no solo tecnología sino también salud, ciencias sociales) y la federalización de la ciencia para lograr una adecuada distribución de recursos humanos capaces de aportar al desarrollo de todas las regiones del país. La optimización de los esfuerzos incluye un tercer aspecto: la articulación.
Al respecto, resaltó la relación del CONICET con las universidades públicas, a fines de promover la investigación científica y tecnológica en todo el país. “No podemos concebir el CONICET actual sin la Universidad Pública a su lado, como socios”, ya que “el 90% de los institutos del Consejo son de doble dependencia con universidades públicas”.
Las universidades están asociadas a las distintas acciones de federalización que impulsa el organismo. “Estamos trabajando con las universidades del interior que deseen fortalecer sus actividades de investigación y desarrollo a través de los Centros de Investigaciones y Transferencia. Esto implica relocalización de investigadores (de CONICET) con fuertes estímulos, apoyo en becas y postdoctorados, junto con infraestructura”, destacó Salvarezza.
En este sentido, dio cuenta que a fin de estimular la investigación orientada a resolver problemas regionales o de organismos de control y aplicación, se sumaron a los tradicionales Proyectos de Investigación Plurianuales (PIPs) los Proyectos Orientados con universidades, organismos y otras entidades.
El CONICET celebró sus 55 años con un reconocimiento a sus investigadores
Entre ellos, seis docentes de la UNCUYO: Armando Aligia, Rubén Bottini, Alberto Caneiro, Marisa Colombo, Luis Mayorga y Manuel Tovar.