La directora de la carrera de Química de la FCEN, Jorgelina Altamirano, junto a otros/as investigadores/as de la Facultad, participan de un equipo multidisciplinar que reúne a la UNCuyo, institutos del CONICET, Hospital Central y diferentes áreas de gobierno, para estudiar un instrumento de vigilancia epidemiológica. Se trata de una herramienta temprana, económica y complementaria a las políticas de Estado que ayudaría a hacer frente a la emergencia sanitaria mundial por contagio de COVID-19. Este instrumento servirá para la detección y seguimiento del material genético del SARS-CoV-2 en aguas servidas, permitiendo conocer la magnitud real de la circulación del virus.
“El proyecto tiene sustento en diferentes aspectos teórico-prácticos. Se sabe que varios microbios patógenos para el ser humano, y de diferentes virus en particular, se encuentran presentes en aguas residuales. Esto ocurre, fundamentalmente, porque el patógeno se elimina en los fluidos corporales durante una infección activa, incluso días antes de manifestar algún síntoma, y aún en los/as pacientes asintomáticos. Y de ahí pasa a inodoros, bachas de baños y de cocina o lavanderías, durante la higiene personal, o la limpieza domiciliaria de diferentes elementos”, comentaron los/as investigadores/as.
Israel Vega, docente de la FCEN y director del Laboratorio de Fisiología del Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM) conduce esta investigación multidisciplinar. Explicó que “hay un cuerpo de evidencia que muestra que los coronavirus pueden detectarse en aguas residuales, y en particular, el material genético (ARN o vestigios de él) de SARS-CoV-2 que ha sido encontrado en aguas residuales de los Países Bajos, España, EEUU y Francia, lo que indica que la presencia y concentración del virus en aguas residuales sería un reflejo de lo que ocurre en cualquier comunidad”. Esto quiere decir que, a través de un muestreo diario y representativo de las aguas residuales, se podría conocer la circulación diaria del coronavirus SARS-CoV-2 en la comunidad mendocina.
Vega advirtió, además, que esta estrategia contribuirá a tener información comunitaria hasta hoy no disponible, ya que la mayoría de las personas infectadas no son testeadas, son asintomáticas o presentan síntomas leves, sin descartar que los recursos de laboratorio y personal calificado del sistema de salud son limitados.
En un principio, el trabajo propone una investigación dirigida a las plantas de tratamiento “Campo Espejo” (que recibe aguas residuales del Este de Godoy Cruz, Capital y Las Heras) y “Paramillo”, (que las recibe del Oeste de Godoy Cruz, Guaymallén, Luján de Cuyo y Maipú). La recepción de ambas plantas de tratamiento es aproximadamente del 80 por ciento del total de influentes de la provincia. Sin embargo, el enfoque podría proyectarse a otras plantas de tratamiento de la provincia. El proceso también supone la posibilidad de inspección de algunas bocas de recolección (búsqueda corriente arriba) para monitorear geográficamente aquellos lugares o departamentos con mayor circulación viral.
Si este supuesto fuese correcto, según este estudio, se podrían acompañar con mayor precisión las políticas de aislamiento preventivo y obligatorio de la población. “El estudio no cambiaría las políticas de aislamiento, pero sí podría ayudar a saber, en tiempo real, cuándo endurecer o cuándo flexibilizar esas políticas en relación a la circulación del virus. Para ser más precisos, esta propuesta de seguimiento del SARS-CoV-2 en aguas residuales sería equivalente a estar mirando la comunidad con una lente de bajo aumento. Es decir, que se busca una mirada completa e integrada en torno a la circulación comunitaria de SARS-CoV-2”, ejemplificaron.
“Hasta ahora, la estrategia epidemiológica del sistema de salud se centró en la identificación y diagnóstico de SARS-CoV-2 en personas que regresaron del exterior (casos importados), así como en aquellas que tuvieron contacto directo con enfermos y fallecidos (familiares y personal médico-sanitario). Y recientemente, se instauró el Sistema de Unidades Centinela COVID, que permite la pesquisa de SARS-CoV-2 en pacientes sintomáticos sin el antecedente de viaje o contacto con personas enfermas. Por analogía, estas estrategias serían equivalentes a mirar con una lente de mucho aumento, es decir, podemos identificar solamente los/as enfermos/as y asintomáticos/as que voluntariamente acceden al sistema de unidades centinela de la comunidad mendocina”.
Concretamente, los/as investigadores/as sostienen que la detección y seguimiento en agua residuales del material genético del nuevo coronavirus podría representar una herramienta muy útil, temprana y comparativamente menos costosa para conocer la magnitud real de la circulación del virus en Mendoza. Además, aportaría información que contribuiría a adoptar políticas de Estado que ayuden a paliar la pandemia, sobre todo si se tiene en cuenta el tiempo que demanda la espera de un tratamiento o una vacuna.
Sobre el equipo de investigación multidisciplinario
Para poder abordar el estudio, trabajan en equipo miembros de la FCEN, así como de las facultades de Ciencias Médicas y de Filosofía y Letras. También participan otros de institutos del CONICET (IHEM; IMBECU; IANIGLIA). Y también participan profesionales de diferentes organismos provinciales como el Laboratorio de Virología y Biología Molecular del Hospital Central, el Departamento de Infraestructura de Datos Espaciales de la Municipalidad de Mendoza, el Departamento General de Irrigación - Dirección de Control de Calidad del Agua, el Instituto de Departamento General de Irrigación, DGI-Mendoza, y el Ente Provincial de Agua y Saneamiento, (EPAS)-Mendoza.
Juntos se postularon para solicitar fondos al “Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19” que convoca Nación, y actualmente están a la espera de los resultados que se conocerán a la brevedad. Por otro lado, el equipo confía que organismos del Estado y el empresariado apoyen la propuesta y también se sume la ciudadanía.
Es uno de los 28 proyectos que presentó la Provincia a la convocatoria Nacional. Y se ubica entre los 18 que postularon el CONICET, la UNCUYO y otras instituciones; algunos lo hicieron de manera conjunta y otros individualmente.
La FCEN aplicó con dos proyectos. La UNCuyo, además, aplicó otros 8 proyectos: Ingeniería, 2; Educación, 1; Ciencias Agrarias, 2; Filosofía y Letras, 1 y Ciencias Aplicadas a la Industria, 2.
Un Webinar para conocer más
Considerando el alto impacto social que prevé la ejecución del proyecto en Mendoza, los/as investigadores/as decidieron presentarlo en el Webinar “Detección y persistencia de Covid-19 en aguas residuales” que organizó el Observatorio de Agua de Mendoza junto con otras instituciones provinciales. Se trata de un encuentro virtual a través de la plataforma Zoom que se realizará el jueves 14 a las 17, donde darán a conocer la propuesta de investigación.
Es gratuito y solo requiere de inscripción previa ya que los cupos son limitados. Los/as interesados/as en participar pueden inscribirse haciendo clic aquí. Luego de la inscripción recibirán un correo electrónico de confirmación con información detallada para unirse al seminario web.
El programa
17.00 - Presentación de Instituciones del Observatorio del Agua de Mendoza.
17.05 - Estado actual de la Pandemia en Mendoza.
17.20 - Aguas residuales en Mendoza (DGI).
17.35 - Entrevista a representantes del WEST Instituto de la Universidad de Arizona sobre las últimas Investigaciones relacionadas con el Covid-19 en aguas, aguas residuales y el reuso del agua.
17.45 - Presentación Proyecto de Investigación “Presencia y seguimiento de SARS-CoV-2 en aguas residuales de la provincia de Mendoza”.
18.00 - Cierre
Reunión virtual del equipo de investigación que trabaja en el proyecto.