Jorge Rubén Santos es uno de los pocos científicos en Meteorología que hay en Mendoza y en el País. Formado como físico en el Instituto Balseiro, se doctoró como meteorólogo en Canadá y hoy, desde la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, se dedica a la simulación numérica, una rama de su especialidad que busca reproducir en modelos computarizados las condiciones de la atmósfera en determinado tiempo y lugar, con el objetivo de predecir su comportamiento.
En esta entrevista, realizada por el Diario UNO en la edición del domingo pasado, detalla los pormenores de su especialidad, los retos de ésta disciplina y opina sobre la importancia de la meteorología para la vida cotidiana de una sociedad.
La entrevista
Haber nacido en Mendoza y que sus abuelos tuvieran una pequeña finca con viñas contribuyeron a su elección de la meteorología como profesión. En su infancia, la experiencia de que la familia llorara la pérdida de la cosecha por culpa de fenómenos meteorológicos extremos como el granizo o alguna helada, activó en Rubén Santos la búsqueda de respuestas. Fue así como nació su curiosidad por comprender los procesos atmosféricos responsables de la formación de estos eventos severos.
También fantaseó poder jugar a ser Dios para mitigar todos los fenómenos de la naturaleza, y esa ilusión lo condujo a entender porqué ocurren los mismos.
Su máximo desafío es contribuir al desarrollo de sistemas que permitan alertar a la sociedad en forma temprana la ocurrencia de episodios meteorológicos extremos.
-¿La meteorología es sinónimo de pronóstico del tiempo?
- La meteorología no es sólo el pronóstico del tiempo sino una parte de esta ciencia, pero dentro de ella, hay muchos fenómenos, como huracanes, tornados, monzones, tifones, y cada uno requiere un estudio particular aunque interactúan entre sí.
-¿Qué importancia tiene la meteorología en la vida cotidiana?
- El conocimiento del estado del tiempo y su pronóstico es de vital importancia para organizar nuestras actividades diarias, desde saber qué abrigo usar o si debemos llevar paraguas, suspender actividades escolares por viento Zonda, hasta el alerta en los sectores productivos por posibles heladas o la eventual caída de granizo.
-Se especializa en simulación numérica, ¿de qué se trata?
- Los modelos numéricos constituyen una herramienta matemática muy poderosa para el estudio de los fenómenos atmosféricos. Estos modelos contienen las leyes físicas que describen desde el comportamiento del fluido atmosférico y su interacción con la superficie terrestre, la representación de las gotitas de nubes, lluvia, nieve y granizo como así también la representación de procesos químicos.
Si bien la habilidad de estos modelos para la predicción de fenómenos atmosféricos ha mejorado notablemente en los últimos años, todavía tiene sus limitaciones.
-¿Cuál es el desafío meteorológico?
- Los avances se dan en países desarrollados con muchos recursos como los europeos, Canadá, Estados Unidos. Allá existe un área de investigación que es muy intensa con la ventaja de que disponen muchas estaciones meteorológicas.
De todos modos, todavía es bastante difícil el pronóstico de tormentas; en algunos casos funciona bien y en otros no.
- ¿De qué se trata el cambio climático?
- Se trata de un cambio de las condiciones atmosféricas promedio en períodos que van desde décadas a millones de años. Como consecuencias de dicho cambio podemos mencionar derretimiento de las masas de hielos permanentes, sequías, olas de calor, inundaciones y aumento en la ocurrencia de fenómenos extremos.
-¿Se relaciona con que casi no tuvimos invierno en Mendoza?
- Y sí. Las temperaturas promedio del planeta están subiendo y no sabemos hasta dónde va a llegar esto. La respuesta no es simple, siempre hay escenarios pesimistas y optimistas.
Además, los modelos son una guía pero no siempre se obtiene la última respuesta.
-¿Hay avances para predecir el Zonda?
- Los modelos numéricos han ayudado a lograr una mayor compresión de la génesis del viento Zonda. Si bien se ha logrado conocer las condiciones necesarias para su formación, éstas aún no son suficientes para su pronóstico en la superficie terrestre.
Es un proceso complejo, que requiere para su predicción no sólo de buenos modelos numéricos, sino también de un acabado conocimiento del estado de la atmósfera, es decir, una mayor cantidad y calidad de mediciones de las variables atmosféricas como viento, temperatura, humedad, entre otras.
-¿Porqué hay falsas alarmas?
- Se ha avanzado mucho y estamos trabajando para mejorar las predicciones del Zonda. Todavía faltan factores por conocer y la población debe saber que las falsas alarmas van a seguir ocurriendo y que son preferibles. ¿Cuántos feriados hay por otros motivos? Entonces, si hay una alarma de Zonda es una probabilidad y debemos tomarla con mucho respeto en Mendoza.
Es mejor prevenir que lamentar.
-¿Se trata de armar una especie de rompecabezas?
- La predicción de un fenómeno meteorológico no es mojarse el dedo y ponerlo en el aire y decir que va a ocurrir tal cosa. Pero sí observar porque el cielo puede dar indicaciones, son todos pedacitos de información para tratar de observar lo que va a pasar.
Cada día la naturaleza demuestra lo poco que sabemos y hay que ser conscientes de la falta de conocimiento sobre los fenómenos y ser humildes. Es un desafío constante, gracias a Dios, porque de lo contrario nos quedaríamos sin trabajo.
-¿Sienten la culpa del error?
- Es muy difícil hacer un pronóstico más acotado, es un reto en Sudamérica ver cómo evoluciona la atmósfera.
En el caso del Zonda, el proceso en sí es complejo, es muy localizado. Por ejemplo, cuando dicen que puede haber ráfagas, éstas se producen en El Plumerillo pero a 15 kilómetros de ese lugar no pasa nada, y en Tupungato también se manifiesta el fenómeno. Aún no se conocen las condiciones suficientes.
-¿Es sacrificada esta profesión?
- No, porque hago lo que me gusta y, a veces, dedico entre diez o doce horas de trabajo para una entrega de un informe o una publicación, motivado con la curiosidad de un descubrimiento.
Es cierto que se necesita mucha paciencia, constancia, ser muy metódico porque se recorren muchos caminos, y a veces, no son los correctos.
-¿Cuesta encontrar jóvenes con esas ganas?
- Soy docente desde seis años y me doy cuenta de que los chicos tienen baja tolerancia al fracaso. Y creo que tienen que saber que para llegar al resultado hay que poner mucho trabajo personal.
- ¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en la meteorología?
- El aumento de la capacidad computacional ha hecho posible la aplicación de modelos numéricos para la predicción del tiempo en cuestión de horas.
Actualmente, con una computadora de escritorio es posible obtener un pronóstico de baja resolución a seis días de todo el globo terrestre en cinco horas.
-¿Qué retos enfrenta hoy esta disciplina?
- El reto es tratar de divulgar más en la sociedad sobre los fenómenos climáticos, educar a quienes toman decisiones y concientizar.
Somos muy pocos los meteorólogos en Mendoza, los investigadores somos seis.
Es un área que está vacante, hay gente a la que le interesa pero la única oferta está en Buenos Aires, y ahora existe en La Plata, son prestigiosas pero están en un solo lugar del país.
Tenemos que regionalizar y crear centros de formación en meteorología en distintas provincias.
Fuente: Diario UNO